Assmann y Assmann definen la memoria cultural desde la perspectiva de los estudios culturales como „la tradición que llevamos dentro, […] los textos, imágenes y ritos que se han endurecido a lo largo de generaciones, de siglos, incluso en algunos casos de milenios de repetición, y que conforman nuestra conciencia del tiempo y de la historia, nuestra visión de nosotros mismos y del mundo“. (Assmann, J. 2006, 70)
La tríada de la memoria
Este término, que se utiliza principalmente en el discurso sobre la memoria en los estudios culturales, forma parte de una tríada conceptual que, según Aleida Assmann, describe formas de memoria fundamentalmente diferentes:
– memoria individual
– memoria comunicativa (social)
– memoria cultural (cf. Assmann, A. 2006, 13)
Formas de memoria
Mientras que la memoria individual de una persona está llena de recuerdos implícitos y explícitos, es decir, autobiográficos, los recuerdos también se conservan a través de la interacción con los demás en la memoria colectiva, es decir, en la familia, en un grupo social o en la sociedad en su conjunto. Las tradiciones comunicativas, es decir, orales, se transmiten de generación en generación.
El sociólogo francés Maurice Halbwachs describe así la relación entre la memoria individual y la sociedad: „La mayoría de las veces recuerdo porque otros me incitan a ello, porque su memoria viene en ayuda de la mía, porque la mía se nutre de la suya. Al menos en estos casos, la memoria no tiene nada de misterioso“ (Halbwachs 1966, 20 y ss.).
Sin embargo, „nuestros recuerdos no sólo están <<incorporados>> socialmente, sino también culturalmente“ (Assmann, J. 2006, 69). Textos, imágenes, cosas, símbolos y ritos forman la memoria cultural y son la base de nuestra identidad cultural. Los portadores de estas tradiciones culturales son „los medios de almacenamiento externo y las prácticas culturales“ (Assmann, A. 2006, 19), que conservan el lenguaje, las imágenes, las voces y los sonidos. Pues „sólo los lugares de almacenamiento y los medios de comunicación convierten una memoria comunicativa en una memoria verdaderamente cultural.“ (Reichwein 2018)
Historia e identidad
Pero, ¿cómo se determina lo que recordamos y lo que olvidamos? Los círculos de la AfD reclaman un „giro de 180 grados en la política de recuerdo“ y marginan el Holocausto como un „nido de pájaros“. Se denuncia el llamado „culto a la culpa“ de los alemanes y se cuestiona cada vez más la memoria cultural.
Queda claro que la memoria cultural no es estática. Está sujeta a dinámicas y cambios que hay que debatir y negociar en el conjunto de la sociedad. Pues „lo que se recuerda y lo que se olvida se moldea, organiza y reconstruye en gran medida“ (Reichwein 2018).
Literatura
Assmann, Aleida (2006): Espacios de memoria. Formas y transformaciones de la memoria cultural. 3ª ed. Beck: Múnich.
Assmann, Jan (2006): Thomas Mann y Egipto. Mito y monoteísmo en las novelas de José. Beck: Múnich.
Halbwachs, Maurice (1985): La memoria y sus condiciones sociales. Suhrkamp: Berlín.
Reichwein, Marc (2018): Por qué ninguna nación puede vivir sin memoria. https://www.welt.de/kultur/literarischewelt/article177671164/Nation-und-Erinnerung-So-funktioniert-das-kulturelle-Gedaechtnis.html [13.11.2018].