Por asimilación se entiende la aproximación a un estado o la incorporación. Del latín assimilatio se deriva que algo se hace similar o se adapta (cf. Duden 2013). Esta asimilación puede darse en muchos contextos. Por ejemplo, el término puede mencionarse en el curso de la aclimatación. Las personas que viajan a países lejanos deben adaptarse primero a las nuevas circunstancias externas. Esto incluye el cambio de hora, la temperatura y las condiciones de iluminación (cf. Spektrum.de 2018). La asimilación también puede encontrarse en el contexto de la lingüística, la biología, la psicología del aprendizaje y la cultura.
La asimilación en el contexto de la psicología del aprendizaje
En su teoría, Jean Piaget se ocupaba del desarrollo cognitivo de los niños. Para ello, aborda dos procesos concisos. Por un lado, describe la acomodación, que describe la capacidad de cambiar el comportamiento de aprendizaje. En segundo lugar, la asimilación es la incorporación de nuevas experiencias a los esquemas existentes. Los conocimientos ya existentes se utilizan para clasificar los nuevos estímulos externos en patrones conocidos y hacer que determinadas situaciones parezcan similares. En el proceso, la percepción puede modificarse hasta el punto de dominar la situación concreta (cf. Hoppe-Graff 2014, 150-152).
Un ejemplo de asimilación es un niño que quiere chutar por primera vez un balón medicinal a una portería. El niño ya tiene experiencia en chutar un balón de fútbol pateándolo con el pie. Como resultado, el balón vuela hacia el objetivo previsto debido a sus características. El niño sabe que la pelota se ha movido por su fuerza. Sobre la base de esta experiencia previa, el niño ajusta gradualmente su aplicación de fuerza al balón medicinal para que éste alcance el objetivo tras una patada.
Asimilación en un contexto cultural
Al igual que la acomodación, la asimilación se da en un contexto cultural. Más concretamente, significa „la adaptación de los miembros de la sociedad minoritaria a los estándares, especificaciones, códigos de conducta y normas de la sociedad mayoritaria“ (Hoesch 2018, 82). Aquí, a menudo se entiende el abandono de las identidades culturales, religiosas y étnicas. En la investigación sobre la asimilación, este punto de vista con connotaciones negativas es controvertido y actualmente no se ha resuelto con mayor precisión. Sin embargo, las políticas de asimilación son reales, ya que a menudo se asimila a la fuerza a grupos de población (cf. Hoesch 2018, 82 y ss.).
En consecuencia, la asimilación adquiere una connotación negativa. Por ello, en los debates públicos se habla a menudo de integración, aunque lo que se quiere decir es proceso de asimilación. A menudo se encuentran ejemplos de asimilación forzada por voluntad política. Por ejemplo, el gobierno canadiense „obligó a unos 150.000 niños inuit y mestizos a ingresar en internados entre 1874 y la década de 1970“ (Hoesch 2018, 83), de modo que estos niños fueron separados de sus familias y aislados de su cultura de origen.